martes, 30 de junio de 2009

El ventrílocuo de Luis Eduardo González

Soy encargado de la tintorería a la que el Partido Nacional lleva todos sus trajes.
Como verán, eso de que “los trapitos sucios se lavan en casa”, es puro verso.

En un pañuelo de Lacalle, hoy encontré escrito con lapicera: “este país considera más confiable una adicción, que un defecto congénito. El alcohólico a la presidencia, el gangoso a dirigir el parlamento”.

“hígado 1 – 0 gola” – rezaba la post data.

Según escuché; ni bien supo que había ganado; al grito de “Qué quip uoquin ni quip uoquin! Yo soy uruguayo, y me tomo un señor whisky”, se prendió a la botella y reescribió el discurso en este pequeño (aunque bien perfumado) receptáculo de mucosidades nasales.

El directorio del partido, estallando en nervios. Carlos Julio, no sabía que hacer (la demencia senil, ésta vez, no era la principal culpable). Julita, desesperada; y el pequeño Luisito Alberto, bailaba dos y uno en Cimarrón, sin saber lo que estaba haciendo.
Consideraron acertado no llamar a Pilar, ya que las microondas irradiadas por el celular, podrían descuajeringar el normal funcionamiento de la cama solar.

Todo estaba perdido. Si se sabía la verdad; si de algún modo se filtraban las ebrias nuevas, las elecciones nacionales irían a parar otra vez a las manos de estos “mugrientos comunistas, que atentan contra la soberanía del país, con sus sediciosos comportamientos y subversivas ideas de alterar el perfecto accionar de las benditas instituciones nacionales” (olvidé mencionar que García Pintos, también trae sus camisas a planchar aquí).

Era una férula. No había escapatoria.
De haberse pegado una neumonía importante, como el suegro de La Wolf, alegar una “recaída” era la solución para no dar el discurso y esperar que, a base café y antiácidos, la mamúa desapareciera (como la barrita de Fe(*), en la gráfica de votos conseguidos en éstas internas) y un par de días después, repuesto y abstemio, nos deleitara a todos con su envidiable retórica presidencial.
Pero al saber que esa piernita se quebró al caer de las escaleras (queriéndose hacer el Laport, con el desayuno calentito para Julie), hablar de “re – caída” no haría más que colocarlo en el lugar de un mundano Mr. Bean. Tan tonto como aquel, pero más viejo que Gaspar Valverde (porque todos sabemos que para pajeros que hacen caras ridículas y nada graciosas, no hay como el ex esclavo de Omar).


¿Qué hacer? ¿Cómo escapar?
La brainstorming duró minuto y medio; y después de llamar a Gastón Da Cruz y decirle “cambiate que entrás”, se procedió a eliminar con una bala de plata al ex (y hasta ayer “potencial”) primer mandatario y enterrarlo en un ataúd hecho con maderas autóctonas de “Forestaciones Lacalle”.
Todo viene bien. Todo está marchando. Aunque me dijo Da Cruz, que cuando abrazó al guapo en el balcón, le sintió tremendo olor a sobaco.






(*) ¿Qué te creiste, puto? Que iba poner Hierro. No, bobeta. No.

miércoles, 24 de junio de 2009

Cuartetó, Ain’t Noise Pollution

Cuando me descubrí erizado, caminando por la calle, con los ojos llenos de lágrimas, escuchando en el I-pod un tema de “Rodrigo”, supe que algo andaba mal.
Un amigo, certero en sus observaciones, lo definió hace un tiempo como el “Jim Morrison del cuarteto”. Y si bien alguna vez, mis músculos pilo erectores se pusieron en funcionamiento cuando L.A. Woman copaba la señal de radio; un Ocho cuarenta, Soy cordobés o Amor clasificado no había generado tal efecto. En realidad, no había desencadenado efecto alguno, más que el frenético movimiento de caderas y zonas adyacentes.

Nunca una trompeta me había estremecido tanto.

Ésta última frase (digna de acompañar una foto mía, en ropa interior, tirado culo pa’ arriba en una cesta de mimbre en la tapa de Paparazzi; adelantando la nota central, en la que cuento mi romance con el encargado de los vientos de La Vela Puerca), muestra claramente la sorpresa que sentí al verme a mí mismo en esencia, desprovisto de todo escudo y ajeno a prejuicios y mandatos sociales. O al menos eso creí.
¿Éste soy yo? ¿Es esto lo que realmente siento? ¿Un “turu tu tu tu” me emociona y conmueve hasta las lágrimas?

Tamaño planteo psicológico no puede resolverse en tres líneas (ni con tres líneas).
¿Indago en mi psiquis, a sabiendas de estar exponiéndome a duras conclusiones del tipo: “Tienes un trastorno grave de personalidad”, “Eres un motorola V3 de cantegril. Tu apariencia de rockerito desalineado, no es más que una carcaza tuneada”, “No podes escuchar Rodrigo, la puta que te parió” o “Ahh, ¡tenes I-pod! ¡Burguesito de mierda!”; o sigo jugando a ser el Sid Vicious sudaca del siglo XXI?
Comodidad, señores. Comodidad.

Arrodillado. Rezando frente al altar de fotos de Fabián Delgado, que engalana una de las paredes de mi cuarto, pidiendo perdón por tamaña herejía y falta de sinceridad; hago a un lado el tarro de gel (efecto húmedo, ¿cuál más sino?), me saco la remera de Bataola, pongo la discografía de Iron Maiden en el I-pod y (con campera de cuero en mano y bandana en la cabeza) salgo a rodar por la ciudad, en mi motocicleta negra, tomando whisky del pico, mientras canto a viva voz:

Ai nou
Its onli roc an rol
Bat i laic it

domingo, 21 de junio de 2009

Galletita, The Street

Sabemos que los superhéroes del primer mundo, no se preocupan por lo que sucede en estas latitudes.
Somos concientes de que el “corazón” del sudaquita brasilero, ayudante del Capitán Planeta, no solucionaría un carajo.
Los titanes del animé, ni saben de nuestra existencia.
Y El Noctámbulo – se comenta- está internado en Manantiales.

Razones suficientes para sentirnos desamparados, ¿no?

Pero a no desesperar, queridos compatriotas!
Hay un hombre elegido por los dioses. Un vejete oriundo de este bendito país con forma de corazón (el terruño, no el veterano), que ha venido a rescatarnos.
Con su extremidad biónica, es capaz de patear cualquier gangoso trasero. Su lengua filosa, lograría eliminar las escaras y (regalándole un peligroso y dialéctico cunnilingus) complacer a la mismísima ex ministra Azucena.
Él te necesita. Te pide que le des tu apoyo. Por eso (como el “YVAN EHT NIOJ” de Los Simpsons, intentaba llevarte a cumplir el mandato del Tio Sam) éste pro-hombre, con "sus manos para abajo y ahora se van arriba” te recluta, te invita, te conmina a unirte al movimiento de la galleta callejera.
Louis Albert “galletita” TheStreet, te invita a disfrutar de:

"El baile del cookie"







I say go.. go cookie
Go buy stuff in Estol.. yeah
I say go... go cookie
Don't brake more bones

lunes, 15 de junio de 2009

Ojalá que llueva café (versión libre)

Sin preámbulos.
Sin pomposas presentaciones.
Play, y a cantar.

(abrir el link en otra ventana, darle play y volver a leer la letra acá)
juan luis guerra - ojala que llueva cafe.mp3



Ojalá que llueva café (Versión Libre)

Ojalá que llueva, café en el campo.
Mis vacas, capuchinos, van a sacar
Si cae cocoa fuerte, Nescau preparo
Y si azúcar quemada, les hago flan

Oh oh, oh oh
Soy clásico y quiero... café


Ojalá que llueva un control remoto
Instalé un portoncito y lo tengo acá
Será porque está un poco, senil el Toto
Pero sin él no funca mi PPA

Ohh ohh, ohh ohh
Ojalá que al viejo del latiguillo
Algún futbolista, que admire él
Venga suavecito, le diga al oído
Vaya viejo y jubi... le-sé

Pa’ que su hija chica, no lo extrañe tanto
Con formol al viejo lo embalsamamo’
Pa’ que Sergio Gorzy, no moleste tanto
Ayer le inyectamos gripe del chancho

Mezclada en la droga, que toma en el palco
Ayer le inyectamos gripe del chancho

Ya se encontrará con… Yahvé


Ohh ouo oh ouo


Ojalá alguien vea el talento innato
Que tiene éste botija, que es como el sun
Montevideano y cero: humilde o chato
Quiero eliminar ese, “lugar común”

Ohh ohh, ohh ohh
Ojalá este pueblo de perspicaces
Use esa pericia para inventar
Algo que no sea el… repetido chiste
Parodista de car… na-vál!

Pa’ que el ser humilde o, decir: “campechano”
No me haga sentir que soy uruguayo
Pa’ que una mostaza, y éste mate amargo
No me enorgullezca como uruguayo

Ojalá le llueva, una idea nueva
A ese licenciado de nombre Orlando


O que se la mande… Yahvé


Pa’ que to’ los niños, golpeados por Cacho
Ahora que son hombres, le den un palo
Pa’ que la tintura, de esos pelos rancios
Cause en su cerebro, problemas varios

Ay, ojalá el payaso, pelusita venga hoy
Su nombre completo diga si es macho…

“Pelusa de ombligo”, seréeee

viernes, 5 de junio de 2009

Tal para cual

Tanto le dijeron, tanto le insistieron, que hizo caso omiso a las recomendaciones de los médicos y salió a mostrarse. El vulgo pudo más que el patriciado profesional.
Los antecedentes de hipertensión, diabetes y disfunciones cardíacas de su familia, no hicieron mella en su afán de mantener esa “silueta perfecta” de la que la gente hablaba tan a menudo.
Aunque Ateneos Médicos varios habían llegado a idénticas conclusiones (ser un couch potato era mucho menos riesgoso para su salud, que correr un ómnibus o tender una cama de 2 plazas), ella, decidió exponerse; tomar ese riesgo.
A pesar de haber hecho jamás, medio abdominal (se levantaba de la cama con un sistema de poleas, creado por su papá que, si bien sordo y cojo, se daba bastante maña para la creación o réplica de arcaicos modelos motrices), no había un gramo de grasa en su envidiable y nunca penetrado organismo. Los 240 centímetros de silueta se desparramaban en un armónico 90-60-90. Pero sabía que de mantener el sedentarismo, engordaría como un sapo, una bulímica o Humberto de Vargas.

Algunos la miraban con obsceno gesto, otros le silbaban, muchos la piropeaban cuando pasaba, más de uno hacía la mano boba estando parado junto a ella en el ómnibus. Pero todos, absolutamente todos, la deseaban con locura.

Tan bonita como desobediente. Decidió mantener su figura con una exigente e insana ruina de “ecsersais”, sin escuchar siquiera las advertencias de su médico de cabecera. Trote para aquí, lagartija para allá, abdominal por un lado, mancuerna por el otro.
Muchos querían que hiciese rodilla al pecho, pero ella era virgen aún.

Quizás fue una elección randómica con la guía telefónica. A lo mejor está en un nivel de evolución superior al resto y sabe que en otra vida fui una estrella del porno en vivo (no existía la televisión en esa época), y sus ansias de placer la llevaron a hacer lo que hizo. Otra opción es que se cansó de esperar y agarró al primer gil que le pasó por delante. No lo sé. Nunca lo sabré (no me atrevo a preguntarle, por miedo a avivarla; que se percate que en un show pornográfico no podría haber hecho más que el pop para los asistentes y que me abandone al instante), pero lo cierto es que me eligió a mi.

Gritaría a los cuatro vientos: ¡ESA ES MI MUJER!, pero sin tener al lado a Jorge Rossi, con un micrófono, mirando a la cámara y leyendo una tarjetita con el logo del programa impreso en el dorso, no es lo mismo.