Listo, lo dije.
Podrán llamarme alzado, degenerado, fetichista o loquito de la guerra… y estarán en lo cierto.
Me excito, me enciendo, me pongo como loco cuando mis narinas reconocen el aroma de cualquier protector solar. No me da (mucha) vergüenza decirlo. O sea, convengamos que no es de las cosas que gritaría a los cuatro vientos. En una entrevista de trabajo no hincharía mi pecho y orgulloso emitiría la sincera frase que titula este petit relato. Pero dada mi condición de “individuo con gustos antagónicamente disímiles a los del común de la población”, esto es una mancha más en mi (ya de por sí ajado) currículo no laboral, al que algunos llaman “vida”.
Ay gonza – dijo mi terapeuta – no te sientas mal. Lo que sucede es que ese aroma te retrotrae a momentos agradables que has vivido en la playa.
- Pero, Jorge. Yo nunca garché en verano.
- Ta, hiciste añicos mi teoría. Sin duda entonces, vos estás muy loquito.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Pudo ser peor. Hay olores que me asustarían mucho más.
ResponderEliminar¡volvisteeee!
ResponderEliminar¿el olor a bronceador o el olor de los bronceadores de coco?
¿o todo?
los terapeutas que se llaman jorge encaran.
ResponderEliminartu comentario en JAG-G es muy cierto.
habra que moverse otra vez de nuevo una vez mas.
Jajajaaj! de remate, amigo. Pero qué quieres a cada uno le pone lo que le pone.
ResponderEliminarMe quedo un ratito. nos leenmos.
si me pongo a pensarlo tambien me calentaria supongo
ResponderEliminarSisqo
muy bueno!
ResponderEliminarA mi me pasa igual con el desodorante familiar Agabo. Cuando alguien lo tiene puesto me derrito de éxtasis nasal y hasta me toco y todo.
ResponderEliminarcagaste a tu psicoterapeuta!
ResponderEliminary lo de que "nunca garche en verano..." mmm! no se, no se...
quién serás, anónimo?
ResponderEliminarda la cara cagón! da la cara hijo de una gran puta!
ahhh no, perdón, entendí mal el comentario (es que escucho a Cotelo y me mimetizo)
mal yo, eh! mal yo